La Llave del Código.

La Llave del Código

Pues veamos, el Tropel de los Illuminati ha mantenido el secreto del Gol de Zarra durante muchísimos años. Un violinista retirado, Stephan Portman, ha dado con ello de modo fortuito, cuando estaba escuchando por la radio una emisora galáctica prohibida. Hay una carrera desesperada en Toulouse, agravada por la complicada situación del último estanco que queda en el planeta, que se tambalea en una violenta lucha a vida o muerte...

Cuando pasados unos días y las ganas de fumar apretaban, el recuerdo de aquella psicóloga que impartía el curso para dejar de fumar afloró en mi mente: ¡¡qué te reporta el fumar!! No lo consideraba como si fuese una frase de castigo o de reprimenda; era simplemente una advertencia del peligro que suponía traumatizarme con la idea de no poder fumar en el resto de mi vida. La pregunta que me debía de hacer constantemente era la de si realmente el fumar me hace más feliz o, por el contrario, dejar de fumar es lo que me hace feliz? La respuesta era obvia, dejar de fumar, sentirme más sano, oler lo que voy a comer y gustarme (deleitándome), digerir perfectamente esa comida, andar apurado y subir escaleras sin sofocarme... En definitiva, tener fuerza de voluntad y ser admirado por lo míos precisamente por esto, reconfortaba enormemente y hacía que el no fumar fuese ya mi constante.

Debo de decir llegados a este punto que la estanquera, cuando le expuse que había de jado de fumar, me cogió manía y cada vez que pasaba por delante de su estanco ni me saludaba. Bueno, allá ella, yo ya no la necesitaba.
Stephan Portman,, el violinista, también quería dejar de fumar pero el recuerdo del gol de Zarra le traía a mal caer...