Cospedal se pega un tiro en el pie del PP
La lluvia gruesa de Bárcenas ha descargado desde la cárcel toda su ira contra el PP
La demanda que presentó María Dolores de Cospedal, secretaria general
del PP, contra el ex tesorero Luis Bárcenas, y contra el grupo PRISA,
editor de EL PAÍS, a raíz de la publicación de los documentos sobre la
caja b de la formación conservadora, ha derivado hoy en un espectáculo judicial insólito.
Bárcenas, jefe de las finanzas del PP durante casi 20 años, ha
declarado por videoconferencia desde la cárcel de Soto del Real, donde
está encerrado desde hace casi cuatro meses. De la pantalla de plasma,
situada detrás del juez y a la izquierda de Dolores de Cospedal,
escapaban las palabras del ex tesorero cargadas de metralla y veneno:
“Es mi mano la que entrega el sobre a Cospedal”, afirma el demandado
Bárcenas y luego explica como la secretaria general cobró dinero negro
en dos ocasiones -7.500 euros cada una- detallando los lugares donde se
produjeron las entregas.
El ex tesorero desgrana ante el juez los pormenores de la gestión
corrupta de las cuentas no declaradas del PP; el trato de favor que le
ofreció Javier Arenas cuando ya estaba imputado por corrupción para
garantizarle sueldo, chófer, secretaria y despacho; los pagos en b que
hizo a la cúpula del partido y las maniobras de la dirección nacional
para forzarle a desmentir la autenticidad de los papeles cuando los publicó EL PAÍS.
Pero Bárcenas añade que los apuntes de sus papeles son ciertos desde la
primera línea a la última. Unos apuntes que ponen bajo sospecha de
grave corrupción al partido que gobierna España, a su presidente, a sus
últimos secretarios generales, a grandes empresarios y al ex presidente
José María Aznar.
Cospedal, en una situación desesperante que ella misma ha propiciado
con su acción judicial, retira en mitad del juicio la demanda contra el
Grupo Prisa, editor de EL PAÍS, al que había acusado de difundir
informaciones falsas.
En el Partido Popular, que salió en tromba contra este periódico
poniendo en cuestión la veracidad de sus noticias sobre los papeles de
Bárcenas, los principales dirigentes señalados por Bárcenas como
perceptores de dinero negro en pagas trimestrales o semestrales
decidieron seguir el ejemplo de la secretaria general y anunciaron, "por
coherencia" la retirada de las demandas que presentaron contra este
periódico.
Cospedal ha respondido con sonrisas de desprecio al escuchar como
Bárcenas ensuciaba más la imagen y el prestigio del partido. Cuando le
toca su turno, la secretaria general arremete contra su peor enemigo
dentro del partido: “No he cobrado nada. Bárcenas ha hecho declaraciones
falsas y muy demostrables. No sé si otros han recibido sobresueldos,
ante mi pregunta me han contestado que no”.
Pero ya es tarde. El daño está hecho. La lluvia gruesa de Bárcenas ha
descargado desde la cárcel toda su ira contra el PP. Desde la cárcel,
con traje y corbata, dando órdenes, como si el ex tesorero manejara aún
los hilos más sensibles del tinglado popular.
La ficción no hubiera imaginado nunca una escena tan efectista. El PP se inmola en audiencia pública.
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