España cae al puesto 142º de 189 entre los países con facilidad de crear negocios
La posición española en la lista del Banco Mundial sobre facilidad para la actividad empresarial cae ocho puestos en un solo año.
El España está barata y ofrece jugosas oportunidades para invertir
se está imponiendo como credo del momento en esta fase de la crisis,
pero los estragos de la recesión han castigado otros muchos indicadores
relevantes para la inversión productiva, la que hacen las empresas que
quieren crear y vender algo en el país. El último informe Doing Business(Hacer
negocios) que elabora el Banco Mundial y que clasifica a 189 países por
sus ventajas para la actividad empresarial lo certifica: la posición
española baja de la plaza 44ª de 2012 al 52ª, ocho puestos de golpe, lo
que supone la posición más baja desde 2006, el primer listado y el
descenso más brusco en un año.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, admitió el problema el
pasado septiembre en el Congreso de los Diputados: “El Banco Mundial, en
su informe Doing Business, sitúa de manera reiterada a España
en puestos por muy debajo de nuestras posibilidades. Desde el año 2007
hemos ido descendiendo posiciones hasta ocupar en la actualidad el
puesto número 44 de 185 países, por debajo de la mayoría de los países
de nuestro entorno. Además, en lo que se refiere a la apertura de
negocios, España ocupa de manera reiterada los últimos puestos del
listado, reproduciéndose también un empeoramiento desde el año 2007”.
El resultado tras el último informe es otro fracaso. El sorpasso
de países como Polonia, Colombia, Eslovaquia, Túnez o Kazajastán
explica la pérdida de posiciones de España, a la que le pasan factura
los indicadores relacionados con el pago de impuestos, el acceso al
crédito los permisos para la construcción. Y en uno de los tradicionales
quebraderos de cabeza para el emprendimiento, las dificultades para poner en marcha una empresa, también han perdido posiciones, del 136 a 142, justo por delante de Gaza.
Este es el mayor lastre para la marca española. Uzbekistán, Zambia o
Sudán del Sur son solo algunos de los países que superan a España en
este parámetro, según el estudio publicado esta madrugada. Para empezar a
andar, una compañía en España requiere una decena de trámites y una
media de 23 días, un nivel algo mejor que en 2012, cuando se requerían
28 días, pero que no le ha servido para mejorar en el ranking porque sus
competidores lo han hecho mejor. El coste (4,7% de la renta por
habitante) y el capital necesario (13% de esa renta) se ha mantenido.
En esta posición 142ª, España queda muy lejos de las recomendaciones
del Fondo Monetario Internacional (FMI). El organismo aconsejó al
Gobierno de Mariano Rajoy que use como guía estos informes Doing Business
para articular unas políticas que le permitan colocarse entre los 10
primeros puestos, con Singapur, Hong Kong, Nueva Zelanda, Estados Unidos
o Dinamarca.
Sin embargo, la dureza de la crisis y la necesidad de reducir el
déficit público corta las alas del Ejecutivo en el ámbito fiscal, donde
la pérdida de atractivo ha resultado radical en el estudio. En el pago
de impuestos, España desciende de la plaza 67ª a la 34ª.
La demora con respecto al calendario prometido con la que el Gobierno
ha puesto en marcha algunas reformas, como las englobadas en la ley de
Emprendedores o la de la unidad de mercado ha impedido que el efecto se
pueda valorar en este informe, cerrado a fecha de 1 de junio. Tampoco la
reforma eléctrica ha sido valorada en el estudio del Banco Mundial,
aunque en este caso la circunstancia beneficia a España, a la vista de
que los cambios han despertado críticas sobre la seguridad jurídica y el
encarecimiento de la factura.
La obtención de electricidad, evaluada por el estudio previo a estos
cambios legislativos, ha mejorado respecto a 2012, de la plaza 70ª a la
62ª, como también hay pequeñas mejoras en la clasificación de parámetros
como protección de inversores, comercio transfronterizo y cumplimiento
de contratos. Pero estos avances no compensan lo que empeora el resto,
como por ejemplo el referente a los permisos de construcción, que se
hunde del 38 al 98, con una nueva metodología.
El estudio se elabora cada año tras consultar a decenas de fuentes en
cada país, como grandes firmas de abogados. David Diaz, Socio del Área
Laboral de Baker & McKenzie, uno de los bufetes consultados
habitualmente por el Banco Mundial, señala que la regulación laboral “no
ha podido pesar en este empeoramiento, ya que la reforma contribuyó en
su día a mejorar la flexibilidad y ha ido a más que otros países como
Italia”. En la misma línea, en cuanto a la burocracia que tanto se
critica para la apertura de un negocio, Díaz sostiene que “tampoco en
este caso la parte laboral tiene mucho que ver porque las altas en la
Seguridad Social son muy rápidas”. En su opinión, las mejoras
introducidas para los autónomos también darán frutos más adelante.
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